Si bien es necesario tener el vehículo en buen estado todo el año, es cierto que se recomienda ser más escrupuloso aún con el coche en verano. Por un lado, el buen tiempo suele ir acompañado de más viajes en coche, o de mayor duración. Y, por otro, las temperaturas pueden afectar a algún componente de nuestro vehículo. Por ello, nada mejor que revisar con más asiduidad en los meses de calor los puntos más críticos.
No descubrimos nada nuevo si decimos que las altas temperaturas que se dan en verano nos afectan a todos. Y no solo a seres vivos, tanto personas como animales y plantas, sino también a objetos inanimados. En efecto, el calor provoca desde dilataciones que estropean estructuras, hasta daños en el funcionamiento o lustrosidad de otras. Y sí, en esta ecuación nuestro vehículo tiene un peso especial porque hay piezas del coche que se exponen a un mayor riesgo en verano.
Neumáticos: los grandes sufridores
Los neumáticos son los que están en contacto con el asfalto, ardiente en esta época. Por ello, sufren especialmente estos meses. De hecho, según RACE en verano las probabilidades de tener un pinchazo aumentan un 19%, mientras que tener un reventón es un 30% más probable que en el resto del año. Para prevenir estas situaciones, lo mejor es revisar que:
– Tengan la presión adecuada
– No haya grietas en su superficie
– El dibujo esté bien marcado. La profundidad mínima según normativa es de 1,6 milímetros, pero se recomienda cambiarlos cuando el dibujo baja de 3 milímetros.
– No haya deformidades de los neumáticos, o a desgastes irregulares. Si detectas este último caso, es probable que los frenos no están actuando bien o, incluso, que los amortiguadores estén afectados.
vigila el Motor
Con las altas temperaturas son habituales los sobrecalentamientos del motor, que pueden dar lugar a encendidos del testigo de avería. Vigila igualmente la temperatura del motor cuando estes circulando, no dejando que llegue a la zona roja del indicador. Para prevenirlo:
- Comprueba que los bornes de la batería estén en buen estado y bien anclados. Además, que no haya fugas del líquido.
- Revisa los niveles de todos los líquidos: aceite, líquidos de frenos, refrigerante y limpiaparabrisas.
Exterior e interior de tu coche en verano
La escasez de lluvia, unido a las temperaturas extremas a las que puede estar sometido el vehículo en determinadas horas del día, también ponen en riesgo la pintura de nuestro coche. Y más aún si en su superficie hay excrementos de pájaro, cuya acidez puede dañarla permanentemente. No solo eso, en esta época hay más insectos que en el resto del año, y los que impactan en la carrocería constituyen otro elemento que puede contribuir a los arañazos de la pintura. Además, la exposición al sol, a la larga, produce el desgaste y las grietas en las zonas interiores más expuestas a la luz, como el salpicadero. Por ello, la recomendación es la de utilizar los clásicos parasoles al estacionar al aire libre. En el caso de tapicerías de cuero, no viene nada mal hidratarlos con alguna de las cremas recomendadas, para evitar que la piel se cuartee.